martes, 23 de abril de 2024

MUSTAJLAS : EL PATRIMONIO PARTICULAR DE LOS EMIRES NAZARÍES

 

MUSTAJLAṢ: EL PATRIMONIO PARTICULAR DE LOS EMIRES NAZARÍES

El sultán era el legítimo representante de la Hacienda Pública. A título privado, contaba con su propio patrimonio particular, denominado mustajlaṣ. Las mujeres de la dinastía nazarí eran las principales transmisoras de bienes al mustajlaṣ de diferentes soberanos por la vía hereditaria

PAOLA LUQUE VARGAS
UNIVERSIDAD DE GRANADA



Vista de Granada de Joris Hoefnagel (1542-1601). Biblioteca Digital Hispánica.


En el Emirato nazarí de Granada, el sultán, como jefe de Estado y líder de la comunidad musulmana ―imām― es el legítimo representante de la Hacienda Pública y el máximo responsable de su gestión y administración. Esta institución, denominada en árabe Bayt al‑māl ―lo que literalmente significa “Casa del dinero”―, se ocupa de los fondos que deben emplearse en causas de interés público. A partir de trabajos publicados en las tres últimas décadas se ha consolidado la idea acerca de la existencia en la estructura financiera de al‑Andalus de otra entidad independiente, supervisada también por la figura del emir: Bayt māl al‑muslimīn (“Casa del dinero de los musulmanes”), encargada de los habices o fundaciones pías a favor de la comunidad de creyentes. En la actualidad, no obstante, hay evidencias suficientes para creer que se trate, en realidad, de una dependencia de la Hacienda Pública.

A título privado, los soberanos granadinos cuentan con su propio patrimonio particular, denominado por las fuentes árabes andalusíes mustajlaṣ. Este término se emplea, por extensión, para referirse a los bienes inmobiliarios adscritos a la hacienda personal de los sultanes, a las rentas generadas por los mismos y al espacio físico en que se depositan estas últimas. El vocablo se corresponde con el participio de un verbo que tiene como acepción principal la de “apoderarse” o “apropiarse de algo”, motivo por el que tradicionalmente se ha venido entendiendo la confiscación como la esencial vía de composición de esta hacienda. En efecto, las usurpaciones y confiscaciones están constatadas, como las que efectúa Muḥammad XI Boabdil durante la Guerra de Granada (1482-1492) sobre los bienes de sus adversarios, entre ellos numerosos heredamientos pertenecientes a sus hermanos Sa῾d y Naṣr ―hijos de la relación entre Muley Hacén y su concubina Soraya―. Existen, asimismo, otras formas de adquisición de propiedades con destino al mustajlaṣ bien atestiguadas, como la herencia y la compra, entre otras.



Escena idealizada de un sultán con bailarinas y músicos en una sala de la Alhambra. Les Almées, óleo de Paul Bouchard (c. 1893). Museo de Orsay, París. Wikimedia Commons.


En lo que a la herencia concierne, la persona del emir participa en la sucesión de sus familiares en los mismos términos en que lo hace cualquier otro sujeto de derecho, obteniendo una cuota variable en función de su categoría de heredero y del grado de parentesco con el causante. En relación con ello, cabe señalar que en el contexto del Emirato nazarí no se infieren abusos o prácticas que, encaminadas a aventajar a los sultanes en estos procesos, puedan concurrir en contra de lo establecido por el derecho islámico en materia de herencia. El estudio de la documentación disponible sobre este asunto

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permite arrojar otra información interesante en lo que al periodo señalado se refiere: las mujeres de la dinastía nazarí son las principales transmisoras de bienes al mustajlaṣ de diferentes soberanos por la vía hereditaria.  Por citar solo algunos ejemplos, según un documento conservado en cuyo contenido se remite a un pliego particional fechado en torno a 1431-1432, el emir Muḥammad IX “El Zurdo” participa como heredero de primer rango en la sucesión de una de sus esposas, Zahr al‑Riyāḍ, al igual que lo hacen también la hija de ambos, de nombre Umm al-Fatḥ, y la madre y los hermanos de la difunta. Otra fuente, el material de una pesquisa llevada a cabo a principios del siglo XVI, da noticia de cómo hacia el año 1483 Muley Hacén y su hermano Muḥammad XII “El Zagal” heredan de su tía Umm al‑Fatḥ numerosos bienes inmuebles, algunos de ellos en copropiedad.


Testimonio acerca del reparto de parte de la herencia de Zahr al-Riyāḍ, en el que consta cómo el sultán Muḥammad IX el Zurdo dona a su hija Umm al-Fatḥ la parte que le habría correspondido en esa herencia de la alquería de Ṣujayra (Zujaira). Biblioteca de la Escuela de Estudios Árabes, CSIC, ms. 73. 1


Por otro lado, hay casos documentados de compras inmobiliarias por parte de los emires a propietarios particulares, como la hecha en enero de 1479 por Muley Hacén a un tal “Abyjafar Hamete” de dos hazas de riego sitas en la alquería de Ogíjares, la cual incluye también el dominio de dos balsas y media de lino. Con todo, resulta considerablemente superior el volumen de noticias relativas a inmuebles adscritos al patrimonio personal de sultanes o al de futuros sultanes mediante compra a la Hacienda Pública. En teoría, dado que pertenecen a la comunidad y todo individuo tiene derecho a una porción indivisa de los mismos, los fondos públicos son inalienables e intransferibles. Sin embargo, ante determinadas situaciones fruto de la coyuntura política y de las necesidades económicas del Estado, la normativa legal se ajusta de manera que permite la enajenación de estos bienes, siempre bajo el principio del interés comunitario y todo ello a través de unos procesos notarial y administrativo muy concretos. De esta forma, los contratos de venta de inmuebles de la Hacienda Pública cuentan, además de con las cláusulas y disposiciones propias de toda escritura de su tipología, con elementos específicos que, en cada caso, manifiestan el origen de la propiedad, certifican la aprobación de la esfera jurídica granadina y obligan al pago de cierto gravamen. En ocasiones, en estas actas se detecta la omisión intencionada de uno o varios de estos elementos en un modo de evitar obligaciones fiscales a la parte adquiriente; se trata de operaciones irregulares que dejan ver la preeminencia de los intereses personales y familiares de los soberanos granadinos sobre el beneficio a la Hacienda Pública. Así, en 1448, el ya citado emir Muḥammad IX “El Zurdo” adquiere para su patrimonio particular, libre de cargas fiscales, el baño de al‑Šawṭār; lo compra directamente a los fondos del Estado, a la sazón gestionados por él mismo. Luego, entre marzo de 1459 y febrero de 1460, sin que se haga constar en el contrato la obligación al pago de cierta obligación, el sultán Sa῾d vende a sus hijos Yūsuf y el futuro Muḥammad XI “El Zagal” numerosas tiendas propiedad del Estado ubicadas en el centro de la ciudad de Granada. Años más tarde, su hijo y sucesor Muley Hacén también busca favorecer con la enajenación de bienes de la Hacienda Pública a su familia, y no solo a la conformada con Soraya ―que tanto ha trascendido a través de historias y leyendas―, igualmente a los vástagos habidos con su primera esposa. Como ejemplo, en 1465, este monarca transmite la finca de El Nublo de los “heredamientos de la corona real” al patrimonio privado de sus hijos Yūsuf y Boabdil ―futuro Muḥammad XI―, quienes entonces son apenas unos niños.

Estas transacciones con trasvases de propiedades desde la Hacienda Pública al patrimonio personal de diferentes sultanes y otros miembros de la dinastía nazarí han generado un denso debate entre los especialistas estudiosos del tema, llegándose a plantear la idea de una situación de no delimitación entre ambas instituciones y sus fondos, resultado de la administración arbitraria y caprichosa de los sultanes al margen de las autoridades jurídicas. Al contrario, y aunque todavía queda mucho por hacer en este sentido, recientes investigaciones perciben en las fuentes estudiadas una conciencia real de la distinción entre la Hacienda Pública y el mustajlaṣ en el Emirato Nazarí de Granada. Paralelamente, como ha quedado reflejado ya en líneas previas, están demostrando la aplicación de una metódica burocracia en lo que concierne a la transferencia y gestión de bienes del Estado. Por otro lado, conviene saber que a veces la interacción entre las citadas entidades se produce de la manera inversa, constituyendo el patrimonio particular de los soberanos un apoyo eventual para la Hacienda Pública. En el año 1466, Sa῾d invierte el precio de la venta de cuatro tiendas de su propiedad privada ubicadas en la Alcaicería “en el pro de los moros y en las cosas de sus neçesydades y en labor de sus fortalezas y en el vien e pro comun general y espeçial de la vniversydad de ellos”. La disposición del monarca a favor de las necesidades de la comunidad de las 1.150 doblas de oro que recibe por estos inmuebles se inscribe en la línea de una política recaudatoria hacia las arcas públicas, las cuales se encuentran mermadas debido a los elevados costes de las treguas con Castilla, y, además, deben hacer frente a las deudas contraídas con diferentes servidores durante los periodos de guerra.



Plano de Granada árabe (1910), Luis Seco de Lucena. Archivo del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Colección de Planos/P-006283


“No hay parte alguna de la muralla sin huertas, viñedos, ni jardines”

En el siglo XIV, durante los gobiernos de Yūsuf I (1333-1354) y Muḥammad V (1354‑1359 y 1362-1391) descuella en el Emirato nazarí la figura del secretario, visir y cronista ―entre otras muchas facetas― Lisān al‑Dīn Ibn al-Jaṭīb (m. 1374). Conocedor de primera mano del asunto, en varias de sus obras da cuenta de algunas de las propiedades pertenecientes al mustajlaṣ del emir y emite valoraciones de conjunto tan jugosas y excepcionales como la que sigue:

“Rodean la muralla de la ciudad vastos jardines y espesos bosques pertenecientes al mustajlaṣ, de manera que, detrás de esa verde barrera, las blancas almenas brillan como las estrellas en medio de un cielo oscuro. No hay parte alguna de la muralla sin huertas, viñedos, ni jardines. En la parte norte de la llanura hay unas almunias de majestuoso tamaño y extremado valor, que no pueden ser costeadas salvo por gente relacionada con el poder real, dado lo excesivo de su precio. Algunas de estas almunias producen unas cosechas al año por valor de quinientos dinares de oro, a pesar del bajo coste de las verduras en esta ciudad. Treinta de estas almunias pertenecen al mustajlaṣ. Las ciñen y se unen con sus extremos unas magníficas fincas, nunca esquilmadas, siempre fecundas, cuyas rentas alcanzan en nuestro tiempo los veinticinco dinares de oro. La Hacienda Pública es incapaz de saber el valor que pueden alcanzar estas fincas, debido a su extensión, el lugar envidiable donde se encuentran y la disposición de la que gozan. Todas ellas tienen casas magníficas, torres elevadas, eras amplias, palomares y gallineros bien acondicionados. En los alrededores de la ciudad, bordeando la muralla, se encuentran más de una veintena de fincas del mustajlaṣ. En estas fincas vive un gran número de hombres y de sementales de buena raza que se emplean para arar la tierra, para la agricultura; en muchas de ellas hay fortificaciones, molinos y mezquitas. En esta fértil posesión, que es el alma del campo y lo más selecto de este buen país, se entremezclan alquerías y poblados que están en manos de propietarios particulares”.

Desafortunadamente, no se hallan descripciones de este calibre más allá de las proporcionadas por el cálamo de este autor. También se vuelve imposible encontrar documentación de registro en la que se inscriban los inmuebles que conforman el patrimonio particular de los diferentes sultanes, aunque parece evidente que existe y debe de ser una parte indispensable en la administración y gestión de los mismos, sobre todo teniendo en cuenta el nivel de burocratización que se observa en otros aspectos en el contexto de la Granada nazarí. Sin ir más lejos, la Hacienda Pública cuenta con varios libros de registro, en función de la tipología de los inmuebles, en los que se recogen datos como el nombre y la ubicación del inmueble, los distintos cambios de titularidad que experimenta y los gravámenes que pesan sobre el mismo. De esto último se tiene constancia gracias a los informes de una pesquisa iniciada a finales del siglo xv por petición de los Reyes Católicos para averiguar la situación en la que se encuentran las heredades que les pertenecen en Granada, en virtud de lo establecido en las capitulaciones con el último monarca nazarí. Aquí se hace reiterada alusión al contenido de “los libros de la hazienda de los reyes moros”, que con objeto de la citada empresa se trasladan del árabe al castellano. Por su inestimable valor, estos documentos son susceptibles de haberse conservado concienzudamente, pero en la actualidad resulta todo un reto para los investigadores localizarlos en los fondos de algún archivo. En definitiva, la información disponible sobre el conjunto del mustajlaṣ, más aún sobre propiedades concretas, es fragmentaria y se encuentra muy dispersa en fuentes de diversa índole y naturaleza. A pesar de las dificultades, es posible identificar algunas de las propiedades adscritas al mustajlaṣ de distintos emires y, aun lamentando la disparidad cuantitativa y cualitativa de las noticias, conocer datos relevantes sobre las mismas.



Informe sobre las “rentas mal llevadas” de los Reyes Católicos en Granada, donde se hace referencia a “los libros de la hazienda de los reyes moros”. Archivo General de Simancas, Consejo Real, 651, fol. 9, pieza 11


La Huerta Alta de la Alcazaba Cadima

En árabe al-Ŷanna al-῾Ulyà. Se trata de una huerta con infraestructuras y edificaciones en su interior, sita en la antigua alcazaba de Granada, en lo más alto del actual barrio del Albaicín. Gracias a una copia de un contrato notarial de compraventa se pueden rastrear hasta cuatro cambios de titularidad de este inmueble remontando su propiedad hasta la noble señora Umm al‑Fatḥ, hija de Muḥammad V; luego, en un momento no precisado, la finca es heredada por su sobrino el emir Muḥammad IX “El Izquierdo”, anexionándose a su mustajlaṣ hasta que en marzo del año 1448 la vende por precio de 3.750 dinares de oro a sus hijas, las señoras, horras, castas, de elevado rango y benditas, ῾Ā’iša y Fāṭima, en partes iguales y proindiviso. Acto seguido, el monarca procura una permuta entre los bienes de ambas mujeres, cediendo a Fāṭima la cuota de propiedad de ῾Ā’iša sobre esta huerta, a cambio de la mitad de otra huerta que la primera posee en la misma zona de la Alcazaba Cadima, presumiblemente de similar valor y extensión.

Palacio de Daralhorra en Granada, detalle del interior, de Mechthild Brinkmann. Grabado 21/40; pertenece a la obra «Patios árabes. Granada. MCMLXXXIV. Cinco patios granadinos vistos por una pintora alemana”. Archivo del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Colección de Grabados/0145.



Los detalles que ofrece el documento sobre la localización de la Huerta Alta ―sus “límites son al sur el camino y las viviendas del cementerio, al norte el camino que hay detrás del aljibe grande antiguo, a levante el camino y a poniente las viviendas del cementerio”―, permite plantear varias hipótesis sobre su posible ubicación en el plano de la ciudad de Granada; según una de ellas, la huerta de Fāṭima se situaría en el actual emplazamiento de la Placeta del Cristo de las Azucenas, al este del convento de Santa Isabel la Real, siendo el límite al norte el Aljibe del Rey, al este la calle Pilar Seco y al sur la calle Santa Isabel la Real. Respecto a la huerta propiedad de ῾Ā’iša, no se indican ni tan siquiera sus lindes, por lo que parece más difícil poder situarla, no obstante, hay quien la ubica al noroeste de la primera, correspondiéndose con el solar donde luego se levantan el palacio nazarí de Daralhorra y el convento mencionado y su iglesia.


Para ampliar:

  • GASPAR REMIRO, Mariano, «De Granada musulmana. El baño de la ruina ó del axautar». La Alhambra 9 (1906): 21-30.
  • LUQUE-VARGAS, Paola, “El mustajlaṣ nazarí: génesis, evolución y transmisión (siglos xiii-xvi)”. Tesis Doctoral. Universidad de Granada, 2023. Acceso el 1 de diciembre de 2023: https://hdl.handle.net/10481/83034.
  • MALPICA CUELLO, Antonio, y TRILLO SAN JOSÉ, Carmen, «Los Infantes de Granada. Documentos árabes romanceados». RCEHGR 6 (1992): 361-422.
  • MOLINA LÓPEZ, Emilio, «El mustajlaṣ andalusí (I) (s. VIII-IX)». RCEHGR 13-14 (1999): 99-189.
  • PEINADO SANTAELLA, Rafael, «El Patrimonio Real nazarí y la exquisitez defraudatoria de los principales castellanos». Medievo HispanoEstudios in memoriam del Prof. D. W. Lomax (1995): 297-318.
  • SECO DE LUCENA PAREDES, Luis, «La sultana madre de Boabdil». Al-Andalus 12 (1947): 359-390.
  • TRILLO SAN JOSÉ, Carmen «El Nublo. Una propiedad de los Infantes de Granada». En Homenaje al Profesor José María Fórneas Besteiro, 867-879. Granada: Universidad de Granada, 1995.
  • ZOMEÑO RODRÍGUEZ, Amalia, “Daralhorra en la Alcazaba Cadima: propiedades reales a finales del siglo xv”, en Bárbara BOLOIX GALLARDO (coord.), El palacio nazarí de Daralhorra, Granada: Patronato de la Alhambra y el Generalife, 2019.

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HUEVAS ALIÁS

 

HUEVAS ALIÑÁS

Para hacer este plato, se suelen  elaborar con huevas de merluza, bien sean frescas o congeladas.

 

Ingredientes

2 Huevas de merluza

1 Cucharada de vinagre

Sal

Pimiento rojo

Tomate

Cebolla

Aceite

Vinagre

Sal

 

Elaboración

 

En una cacerola, con abundante agua con sal y una cucharada de vinagre, ponemos al fuego las huevas a fuego moderado alto. El vinagre hace que no se deshagan y queden bien enteritas y duras.

Sacamos las huevas cuando estén cocidas y reservamos para que se enfríen a temperatura ambiente.

Hacemos un  picadillo con el tomate bien lavado y sin pedúnculo, el pimiento rojo sin semillas, ambos troceados en dados, lo colocamos en un plato o fuente  y sobre el colocaremos las huevas en trozos  y extendemos sobre el plato o fuente, y por ultimo lo aliñaremos con aceite vinagre y sal.

¡Buen provecho!

REMOJÓN GRANADINO

 

REMOJÓN GRANADINO

El remojón granadino, es un plato de origen árabe, muy popular en Granada, aunque también en Córdoba y Jaén

 

Ingredientes

2 Buenas naranjas

Aceite de oliva virgen

Aceitunas negras sin hueso fileteadas

2 Huevos cocidos

Cebolleta o cebolla en juliana,

Ajo muy picado

Vinagre

Pimentón dulce

Bacalao desalado desmenuzado

 

Elaboración

Pelamos muy bien las naranjas, procurando quitarle el máximo del blanco de la piel, una vez bien peladas, las cortamos en rodajas finas y las colocamos en un plato o una fuente, rociamos por encima un chorrito de aceite de oliva, así como la cebolleta cortada en rodajas muy finas o cebolla cortada en juliana fina, el bacalao desmenuzado, las aceitunas  negras fileteadas.

Hacemos una vinagreta con 1 diente de ajo muy picado, aceite de oliva una cucharada, una cucharada de vinagre y una pizca de pimentón dulce, batimos muy bien la vinagreta para que se integren bien los ingredientes. Y rociamos con ella la ensalada, adornamos con huevos cocidos, cortados en cuartos o en ocho, según gusto.

Hay quien le pone patatas cocidas y tomates troceados.

¡Buen provecho!

CHOTO AL AJILLO

 

CHOTO AL AJILLO

El choto al ajillo es un plato cuyo ingredientes principal es la carne de cabrito.

 

Ingredientes

1,200 K de carne de cabrito

Aceite de oliva

Ajos

Pimiento rojo o verde

Vino blanco

Para el majado:

Pan frito

Vino blanco

Almendras fritas

Elaboración:

El majado: En una sartén con un  poco de aceite de oliva, freímos una rebanada de pan de la víspera, sacamos y freímos las almendras. Ponemos las almendras fritas o tostadas en el mortero, el pan frito y majamos muy bien, cuando veamos que están casi majados, añadimos el vino y seguimos majando con una pizca de sal, así hasta conseguir una pasta.

En la misma sartén donde hemos frito el pan y las almendras, , añadimos un par de cucharadas de aceite de oliva, calentamos a fuego moderado, y añadimos   los ajos laminados,  una vez que veamos que están doraditos, con precaución de que no se quemen, añadimos el pimiento cortado en daditos, rehogamos unos minutos, y añadimos el cabrito troceado, removiendo de vez en cuando para que se dore por todas partes, cuando lo veamos que  están bien doraditos los trozos de cabritos, añadimos el majado anterior y un buen vaso de vino, removemos bien para que todos los ingredientes se integren y se adhieran a la carne de cabrito,. Removemos  regularmente para que no se nos pegue el fondo, así hasta que veamos que la carne este tierna, y quede una salsa espesita...

Servir caliente acompañado de unas patatas fritas.

Y no olvidéis el pan para el mojete.

¡Buen provecho!

 

SANGRE CON TOMATE

 

SANGRE CON TOMATE

Es un plato muy típico en Andalucía. Buen contenido en hierro y ferritina, recomendado por los Endocrinos cuando estamos bajos en hierro y ferritina. Yo sé que a muchos no les gustara, pero es un exquisito plato, a mi particularmente me gusta como la pongo hoy o encebollada, Se usa normalmente sangre de pollo cuajada, también se puede hacer  con sangre de ternera o cerdo.

 

Ingredientes

Sangre de pollo cuajada (las venden en los supermercados y carnicerías)

2 Ajos laminados

Cebolla cortada en juliana

Pimientos Rojos

Salsa de tomate.

Aceite de oliva

Sal,

 

Elaboración

En una sartén o cazuela de barro, se fríe con  aceite de oliva la sangre cortada en dados o en rodajas gruesas según las compréis, junto con los ajos, las cebollas en juliana fina, y los pimientos en tiritas finas, rehogamos muy bien, removiendo regularmente para que la sangre se fría por todos lados, una vez la sangre la veamos en su punto, agregamos  la salsa de tomate, removemos bien y dejamos cocinar nuevamente todo junto a fuego lento durante 15 minutos.

Servir caliente.

¡Buen provecho!

 

 

MERLUZA A LA GALLEGA

 

MERLUZA A LA GALLEGA


Ingredientes

4 rodajas de merluza congelada

6 Cucharadas de aceite de oliva

1 Pizca de sal

1 Cucharadita de pimentón dulce

1 Pizca de sal

2 Dientes de ajo laminados

1 Hoja de laurel

1 Cebolla pequeña

8 Patatas pequeñas

 

Elaboración

Descongelamos las rodajas de merluza durante 2 horas a temperatura ambiente y reservamos.

En una olla, ponemos las patatas peladas. Cubriéndolas con agua, la cebolla troceada, el laurel y la sal. Cocemos a fuego medio durante 15 minutos. Pasado este tiempo retiramos del fuego, para que deje de hervir, y la colocamos de nuevo a fuego lento manteniendo el agua a pre-ebullición.

Incorporamos la merluza y cocinamos de 6-8 minutos a fuego lento sin que llegue a hervir el agua, para evitar que se  séquela merluza.

Notaremos que la merluza esta lista, si la carne se desprende ligeramente de la espina central.

 

 

Ajada: Mientras se cuece la merluza, preparamos la ajada. Para ello, calentamos el aceite en una sartén mediana y doramos los ajos laminados, cuidando que no se quemen. Apartamos la sartén del fuego, dejamos templar medio minuto y añadimos una cucharada de agua de cocción de la merluza con  patatas y el pimentón. Removemos bien y reservamos caliente, sin que cueza para que no se tueste el pimentón

Emplatamos: sacamos las patatas y servimos de base en una fuente o plato. Colocamos encima las rodajas de merluza. Vertemos la ajada sobre la merluza y las patatas, desechando el poso del pimentón del fondo de la sartén.

Servir la merluza con patatas al momento y bien caliente.

¡Buen provecho!

 

 

 

CHIPIRONES EN SU TINTA

 

CHIPIRONES EN SU TINTA

El chipirón es un calamar pequeño. Estos cefalópodos como el resto de los calamares, tiene una pluma interior que hace las funciones de hueso y sus tentáculos. Limpios y bien cocinados quedan muy sabrosos.

Ingredientes

1 K de chipirones – calamares

1 Cebolla grande

2 Dientes de ajo

3 Cucharadas de tomate casero

1 Pimiento rojo

1 Pimiento verde

1 Copita de vino blanco

2 Bolsitas de tinta de calamar

Aceite de oliva

Perejil

Sal

 

Elaboración

En una cazuela, echamos  un buen chorreón de aceite de oliva, y pochamos las verduras, cebolla, ajo, pimiento rojo y pimiento verde, todo muy picado, removiendo de vez en cuando.

Cuando estén pochaditas las verduras, añadimos el tomate y las rehogamos, pasado unos minutos agregamos el vino blanco y cocinamos a fuego moderado, removiendo regularmente, aproximadamente 5-8 minutos.

Pasamos por el pasapuré o por  la batidora, y reservamos. .

En la misma  cazuela doramos los chipirones a fuego moderado con un chorrito de aceite de oliva hasta que estén tiernos, removiendo para que se hagan por todos lados,  unos minutos.

Añadimos las bolsitas de tinta de calamar a la cazuela de los calamares y cocinamos el conjunto durante unos minutos a fuego lento.

Servir caliente.

Yo los acompañe con arroz blanco al ajill.o, o unas patataistas a daditos fritas.

¡Buen provecho!

 

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FARDELEJOS

 

FARDELEJOS

Los “Fardelejos”, son unos dulces típicos de Arnedo, un bonito municipio situado en el Valle del  Cidacos, a orillas de dicho rio. Se trata de una receta de origen árabe, consistente en una pasta hecha de almendras, la cual se envuelve en hojaldre y se fríe. La cantidad no las pongo, yo las he elaborado a ojo, pues en el recetario de donde he cogido la receta tampoco las ponían.

 

Ingredientes

Harina de almendras

Huevos

Azúcar

Aceite de oliva

Hojaldre

Azúcar glas

 

Elaboración

En un  bol, mezclamos todos los ingrediente, hasta formar una masa espesa.

Cortamos el hojaldre en trozos rectangulares de 6 x 12 centímetros, y en el centro de los mismos rectángulos ponemos una cucharadita de masa, doblamos el rectángulo y sellamos los bordes humedecidos, con la ayuda de las puntas de un tenedor.

Una vez todos los fardelejos formados, puedes hacer dos cosas, pintas  con huevo por encima y los horneas o bien en una sartén con abundante aceite de oliva, los vas friendo por tandas para poder darles la vuelta fácilmente, una vez dorados, los sacamos y colocamos sobre papel absorbente de cocina, para quitarles el exceso de aceite, y a la hora de servirlos en el mismo plato, lo espolvoreáis con azúcar glas.

¡Buen provecho!

lunes, 22 de abril de 2024

CANELONES ROSSINI

 

CANELONES  ROSSINI

Ingredientes

Para el relleno picado

100 gr de higaditos de pollo

80 gr de pechuga de pollo

80 gr de carne de ternera

1 Cebolla

1 Rama de apio

1 Zanahoria

2 Huevos

40 gr de  queso parmesano rallado

1 Cucharadita de nuez moscada

1 Vaso  de vino dulce

40 ml de aceite de oliva virgen extra

Sal

Pimienta negra recién  molida

Elaboración

Lavamos la zanahoria y el apio con agua fría y luego los pelamos.

 Pelamos la cebolla

Picamos todas las verduras y rehogamos en una sartén grande con un poco de aceite de oliva virgen extra.

Añadimos también la ternera picada y el pollo y cocinamos unos minutos.

Mojamos todo con el vino dulce, añadimos sal y pimienta, dejamos cocer la carne a fuego vivo, removiendo ocasionalmente, todo esto hasta que el vino se haya evaporado por completo...

Apagamos el fuego y dejamos que el relleno se enfrie por completo.

Ponemos la carne picada en un bol grande y añadimos el parmesano rallado, la nuez moscada, los huevos y una pizca de sal. Mezclamos todo con cuidado hasta obtener una mezcla uniforme.

Tomamos un puñado de relleno y distribuimos en un lado de cada cuadrado de masa y luego enróllelo el canelón…

Una vez haya obtenido todos los canelones a la Rossini, untamos con mantequilla una fuente de horno grande en la que colocaremos los canelones, uno al lado del otro.

Cubrimos con pure de tomate y luego con una capa de bechamel.

Espolvoreamos con un puñado generoso de queso parmesano recién rallado y horneamos a 180º, durante unos 30 minutos.

¡Buen provecho!

 

viernes, 19 de abril de 2024

BUÑUELOS DE ALBARICOQUES

 

BUÑUELOS DE ALBARICOQUES

 


Buscando en el baúl de los recuerdos, he encontrado esta receta de mi madre, la cual nos lo hacía cuando era la temporada de albaricoques, a todos nos encantaba. El recuerdo de una madre de  hace tantos años, a la que le encantaba la cocina, y era de carbón de cok, casi todo el día entre ella y la Sra. Que le ayudaba en casa, estaban en la cocina. Recuerdos imborrables y sabores que vuelven  a despertar la nostalgia de aquellos tiempos.

No pongo cantidades, porque tampoco ella las tenía puesta en la nota, yo los he elaborado a ojo.

 

Elaboración

Dividir los albaricoques por la mitad, deshuesarlo, alinearlos en un plato o un bol, espolvoreados con azúcar y con brandy.

Dejamos macerar durante 30 minutos.

Ponemos harina en un bol, añadimos 3 yemas de huevo (reservando las claras), una cucharada de  aceite de oliva, la leche y una pizca de sal, batiendo siempre con una cuchara de madera, para obtener una mezcla homogénea y sin grumos.

Dejamos reposar la mezcla durante aproximadamente 1 hora.

Batimos las claras de huevo a punto de nieve fuerte hasta obtener picos rígidos, mezclamos con la masa anterior con movimientos envolventes muy suavemente hasta integrarla.

Sumergimos los albaricoques en la masa, luego en una sartén, con abundante aceite de oliva hirviendo, vamos echando los albaricoques, unos pocos cada vez dándoles la vuelta con la espumadera para que se hagan bien por todos lados...

Sacamos y colocamos sobre papel absorbente de cocina para quitarle el exceso de aceite, Luego los colocamos sobre un plato de servir y espolvoreamos con azúcar.

¡Buen provecho!

 

 

 

 

HUEVOS RELLENOS EL CALDERO NAZARI

 

HUEVOS RELLENOS EL CALDERO NAZARÍ

Ingredientes

6 Huevos frescos y grandes

100 gr de mayonesa

12 aceitunas partidas (aloreñas) sin hueso

3 Pepinillos en vinagre

12 Alcaparras

Vinagre

Pimienta negra recién molida

Tomates buenos  (huevos de toro, raff, etc...)

 

Elaboración

Hervimos los huevos en una olla con agua fría, llevamos a ebullición y dejamos cocinar lentamente 8 minutos. Sacamos y dejamos templar y después descascarillamos.

Cortamos los huevos en mitades longitudinalmente. Sacamos las yemas y picamos algo.

Ponemos en un bol la mayonesa, las aceitunas picadas (reservando algunas), las alcaparras picadas, los pepinillos bien picados, las yemas de huevo, un chorrito de vinagre y pimienta negra recién molida.

Mezclamos suavemente todos los ingredientes para que se integren bien con la mayonesa.

Lavamos los tomates, secamos y cortamos en rodajas, colocamos las rodajas en una fuente de servir, salpimentamos los tomates al gusto.

Rellenamos el hueco de las claras de los huevos con la mezcla de la mayonesa, y los vamos colocando sobre la fuente con la base de tomates, decoramos con las aceitunas reservados y algunas hojas de perejil (opcional).

¡Buen provecho!